jueves, 26 de noviembre de 2009

Despedirse es triste...


"Despedirse es triste", dijo cuando terminó esa conversación, y antes de dar media vuelta logré decirle que caminar es peor.

Contradígame el que quiera, porque sé que no hay quien se atreva, si es que ha caminado en dirección contraria a eso que tanto amó. Puños apretados, detenido en el primer paradero, y el más lejano a eso que le dijiste adiós.

No hay nada más triste que el día siguiente, cuando despiertas y no encuentras nada. Cuando el recuerdo se te pega a la piel como una resaca de lunes y te tapas los ojos para que la cabeza no se parta de memoria.

El mundo sigue girando, y nunca nada te ha dolido tanto.

Que el metro cierre sus puertas, sin que el chofer pregunte por qué caminas más lento.

Que el trabajo se amontone en tu escritorio y que nadie le escriba notas graciosas con un lápiz de color.

Que el día termine y no haya más abrazo, ni el vaivén de su cintura o un olor pegado a tu ropa.


Parecieras verlo en la calle, en el cine e incluso aunque te cambies de ciudad. Todo te recuerda lo bueno y ya no ríes porque te despediste, y el masoquismo de evocar no va contigo.


El cafe se pone amargo, el recuerdo tiene frío y las noches son días interminables de cien años cada una. Ninguna noticia importa, y te tumba mucho más saber que tiene nueva novia a que el recorte de Personal te tiene en la mira para el mes siguiente.

Te vuelves humano en dos segundos, y eso duele...

Por eso cuando dijo que "despedirse es triste" pude decirle que no. Pero se me olvidó contarle lo triste que será todo este tiempo, desde que nos despedimos, hasta que se me ocurra poder olvidar...




10 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas gracias Caro

Muy lindo tu espacio. Ojalá tuviera más tiempo para estar al día


Un beso!

aapayés dijo...

Un gusto volver a pasar por tu espacio.. me sacaron unas lagrimas tus versos a los desaparecidos..
Y este escrito esta precioso..


Saludos fraternos de siempre..
con el abrazo inmenso..

Que tengas un buen fin de semana.. Suerte en todo..

Carla dijo...

Yo no sé despedirme. Cuando llega el momento disimulo con lo primero que se me ocurre y así evito el mal trago de hacer algo sin saber.

Tampoco sabía empezar de nuevo cuando me rompieron el músculo rojo por primera vez. Y créeme que no fue fácil -ni rápido-, pero las historias de amor tienen eso -por suerte o por desgracia- miles de recuerdos que no podrás sacarte nunca -y nunca es nunca- de la cabeza.

Anónimo dijo...

Yo soy de la opinión que todas las despedidas son tristes, aunque bueno, quizás algunas sean una bendición. Sea como sea, para mí no son un plato de buen gusto y lo paso muy mal con ellas. Odio las estaciones de tren, los aeropuertos, la hora de irse en definitiva. Un beso, amiga y a ver si logramos erradicar por fin, tanta tristeza como nos rodea. Feliz fin de semana.

virgi dijo...

Para mí cualquier despedida es triste...¡no veas cuando son como la que narras!
¡Mira que sufrimos!

Un abrazo y un suspiro

Bárbara dijo...

por lo menos ya te dio por escribir... versos como siempre desde ti... despedirse no es facil... empezar a asimilarla la despedida cuesta... cuando menos lo esperas dices hola nuevamente...

Como siempre, todo pasa, todo queda...todo se aprende..

Miguel Baquero dijo...

Siento la tristeza que se percibe en ti, pero celebro las hermosas frases que sabes arrancar de ello, como esa del metro o esa otra de que te vuelves humanos en dos segundos.
Felicidades por esa forma e hacer alquimia que es tranformar el dolor o la pena en placer estético. Eso yo creo que es la auténtica poesía

Clarita dijo...

Ayyy que me he emocionado muchísimo!!!la verdad, te confieso que odio las despedidas, intento no sentirlas como eso, me gusta más un hasta luego que un adios, por eso me ha llegado tanto tu entrada, y por eso me ha emocionado tanto!
me ha encantado guapi, buscaremos mil maneras de evitar mil despedidas!
Cuídate, mil besos

manu dijo...

Despedirse es triste (claro), pero es un momento; olvidar aquello no se puede explicar, no se puede conceptualizar, dado que no se sabe cuánto demandará…y no saber eso…claro…es delirante.

Salutes!

Cristián dijo...

En muchos casos las despedidas cumplen un ciclo de algo que se quedó estancado en el tiempo y que no tiene vueltas. Tal vez, marquen el inicio de algo más halagüeño. Como sea, las despedidas duelen, sobre todo cuando ponen término y nos separan de nuestras posesiones más amadas y que creiamos nuestras.

Sin duda el mundo sigue girando, no se detiene junto a nosotros a contemplar nuestro dolor, dolor que a veces nos hace crecer, que nos marca. Dolor que también, nos hace más humanos.

Gracias por tus palabras.
Un abrazo.