sábado, 28 de junio de 2008

Melancolía vuelve

Suele pasar en días así cuando hay tantas cosas que contar , que terminas diciendo nada.Mil historias en tu cabeza, mil cigarrillos apagados en el cenicero de colores que te regalaron aquél día especial. No sale nada más que frases sueltas. Frases inconexas. Frases brutas. Adios genialidad, anda de paseo con la melancolía. Y es que cuando los días se ponen soleados no hay escritor alguno que sobreviva.

Once y media de la noche y con unas ganas enormes de contar tantas cosas. Harto de sol y de plazas, manos entrelazadas, regaloneos y regalos. El amor no tocó mi puerta, pero hay harto de interés por otros lados. Interés que no me creo, promesas que no me constan.Días de buena suerte, de encontrarme cinco lucas caminando por Ejercito, pruebas aplazadas para las que no estudié, trabajos brillantes y vocación altamente reafirmada.¿Me dices por favor dónde quedó mi inspiración después de que el sol sonrojara mi cara? O mejor dicho ¿Dónde se metió la melancolía?La última ves que la ví iba vestida de rojo y entró de mi mano a un bar de Brasil, creo que fue el "2007", Pidió un par de Escudos y empezó a conversarme, sin que yo me interesara en lo que decía. Le dio por recordarme lo sola que estaba, lo estancado de mi mundo y un par de cosas más. ¿ El resultado? Lluvia y más lluvia, afuera del bar, adentro de mi cabeza. Gracias, pagó la cuenta, yo salí directo a escribir.Dejó de llover, no hizo más frio y nunca más la ví. Algo mencionó, sobre viajar al norte del mundo. "Allá hará mal tiempo ahora, quizás encuentre otra persona a quien hablarle" 
Estrechó mi mano, prometió dejarme en paz, y se fue. Digna, elegante, triste.Llegó la primavera, me llamó por teléfono para avisarme. Salí con mi mejor vestido a su encuentro y todo lo demás fue risa. Si hasta deporte hemos hecho juntas. Me promete que no voy a llorar por los pasillos, me invita al cine, a Fantasilandia, a tomar helados y jugo.

 Todo va bien con ella. Incluso, la invité al "2007" también. Y fue esa tarde, cuando salimos de ahí que me di cuenta de la verdad. Encendí mi computadora, decidida a bloggear para mi gente... y nada! absolutamente nada. 
Demasiada felicidad para escribirla. 

Vamos fumando, esto no puede ser, no hay nada que me desespere más que no tener nada que decir. 

Vamos paseandonos, preguntando temas, hinchando a mis "musas" (o musos? siempre he tenido esa duda) absolutamente nada. 
Serrano se aburrió de cantarme, Silvio y Carlos también, imposible, no hubo cómo.

Derrotada me fui a la cama. Apagué la luz, encendí otro cigarro y miré por la ventana. Busque a la melancolía pero ya era tarde, no estaba, quizás ya se había subido al avión. Nada más que decir, a dormir, a esperar. Quizás pronto vuelva cargada de historias para poder escribir, me regale una nueva ironía (importada obviamente), o esa línea levemente rosa que un hombre que volaba envolvió para mí. O quizás deba intentar escribir junto a mi amiga florida que me llena de alergías... Quien sabe si resulte algo nuevo.

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